miércoles, 25 de febrero de 2015

Volvemos al cole

Lentamente los días parecen que se van acortando y aquel lejano momento parece cada vez más próximo e inevitablemente, el final de las vacaciones se aproxima; y con ello surge la clásica pregunta ¿cómo preparar a los niños para la vuelta al colegio?.
Como es sabido la vuelta al colegio y el cambio de rutinas constituyen dos situaciones que despiertan grandes ansiedades en los niños; aparecen grandes resistencias a dejar “el relajado estilo de vida” que poseen durante las vacaciones, donde abunda la diversión, para embarcarse en un modo de vida más apegado a las obligaciones y a los horarios.
Por estos motivos es importante hacerles ver los aspectos positivos que posee esta etapa que está por comenzar de manera que esta transición se produzca con la menor ansiedad posible. Acá van algunos tips para ir “preparando el terreno” y facilitar el retorno a sus habituales rutinas y horarios:
· Adaptar los horarios: es un buen momento para ir adaptando a los pequeños al nuevo horario que deberán manejar en un futuro inmediato. Con lo cual gradualmente estas últimas semanas es conveniente despertarlos antes y adelantar la hora de ir a dormir. Para que el pasaje a la nueva rutina no sea tan abrupto, sino que sea lo más tranquilo y progresivo posible.
· Motivarlos: el comienzo de las clases no implica la pérdida de la diversión. Recordarle todos los aspectos positivos que tiene la vuelta al aula, el reencuentro con sus compañeros, las nuevas actividades deportivas que van a realizar, las historias y anécdotas que van a compartir sobre sus vacaciones etc.COMIENZA EL CURSO ESCOLAR 2012/2013 EN LOS COLEGIOS DE LA COMUNIDAD VALENCIANA
· Escucharlos: presta atención y dale la posibilidad de expresarse sobre sus temores por este nuevo año que comienza, tranquilizalo haciendo foco en sus virtudes y en cómo fue solucionando las dificultades que se presentaron años anteriores.
· Preparar juntos los materiales: ir preparando los elementos escolares juntos, compartir del momento de comprar la mochila, forrar los cuadernos, los lápices, constituye un buen recurso que a ellos los entusiasma y será una forma de irlos introduciendo en la vuelta al colegio.
· Mantengamos la tranquilidad y la calma: de manera de no sumar mayores ansiedades a las que poseen los niños en este nuevo comienzo de clases.
Y sobre todo mostrémonos positivos y entusiastas para poder transmitirles que este nuevo ciclo lectivo va a llegar con muchos desafíos y fundamentalmente repleto de aventuras.
Por Lic. Pablo Barraza,
Psicólogo -  @lic_barraza
 Especialistas en estrés, ansiedad y emociones.

sábado, 21 de febrero de 2015

INFERTILIDAD. LA NOTICIA MENOS ESPERADA

INFERTILIDAD. 
LA NOTICIA MENOS ESPERADA

Cuando en la vida de una pareja se instala el deseo de un hijo, la alguna vez lejana idea de agrandar la familia se transforma en un proyecto concreto y a corto plazo. Pero a veces sucede que tras meses de búsqueda, el embarazo no llega y la expectativa se convierte en preocupación y ansiedad. Entonces, la pareja recurre al médico especialista en busca de respuestas y de una solución rápida. Sin embargo, al contrario de lo esperado, la consulta termina con una extensa lista de estudios a realizar, que multiplica los interrogantes e inaugura una nueva etapa para la pareja. Y una palabra que nadie quería pronunciar aparece en el horizonte: infertilidad.

A pesar de que poco saben sobre infertilidad quienes no están involucrados en el tema de un modo más o menos directo, este es un problema que en nuestro país, según datos de la Sociedad Argentina de Esterilidad e Infertilidad, afecta a un 15 % de la población en edad de concebir. Y se estima, en base a diferentes datos, que la cifra se incrementará este año al 20 %. Entre sus causas más frecuentes figuran trastornos físicos, psíquicos y aun sociales.

Las consecuencias inmediatas de un diagnóstico
El diagnóstico de infertilidad siempre es inesperado y no suele prestarse atención al efecto que la noticia tiene sobre la pareja ni al impacto que causa. Diversos aspectos de la vida de ambos se ven modificados a partir de ese momento.
En el plano individual, la mujer experimenta emociones como enojo, miedo y tristeza al considerar frustrado su proyecto de ser madre, que la acompaña tal vez desde la infancia. Es habitual que, al ver afectada su posibilidad de concebir, sienta amenazada su identidad misma de mujer y menoscabada su autoestima, y que la angustia y la ansiedad la invadan. El hombre, por su parte, suele tratar de mostrarse fuerte para cumplir con el rol de sostén y soporte emocional de su compañera, aunque sufre en silencio por la situación que atraviesan.
Como pareja, las rutinas comienzan a cambiar. La vida social con frecuencia se deteriora, el matrimonio se aísla y en ocasiones hasta deja de asistir a reuniones con amigos o familiares debido a que la presencia de niños pequeños le refleja su propia imposibilidad. La noticia de cualquier embarazo es vivida como una puñalada en su autoestima; la pregunta ¿y ustedes para cuándo? los conmueve hasta lo más profundo.
La vida sexual también se ve afectada. A partir de la nueva situación, el médico recomienda días y horarios específicos para las relaciones, transformando la intimidad en un hecho pautado, agendado, en el que no participan la espontaneidad ni el deseo.
La rutina de la vida laboral se ve asimismo interrumpida por un sinfín de estudios médicos (ecografías, análisis de sangre, espermogramas, etc.) en los que se debe invertir mucho tiempo y energía. Estos estudios no solo son físicamente incómodos o molestos y psicológicamente desgastantes, sino que además es habitual que la pareja sufra la incomprensión de compañeros y superiores, o se vea obligada a exponer su intimidad para justificar las ausencias.
Los avances de la medicina en materia de salud reproductiva permiten, hoy más que nunca, que se llegue al tan anhelado embarazo. En la mayoría de los casos, el proceso culmina con éxito, y tal vez esa sea la razón por la que no se suele poner el foco en la contención de las parejas en tratamiento. Sin embargo, durante todo el proceso, estas pagan un alto costo anímico (además de económico) y deben aprender a convivir con el miedo, la ansiedad y la angustia.
Cómo amortiguar las consecuencias del diagnóstico de infertilidad
En primer lugar, informarse sobre la infertilidad si se desconoce el tema. Saber un poco más muchas veces es tranquilizador y estimula un pensamiento positivo.
Por otra parte, se aconseja que la pareja se comunique con los amigos y familiares más cercanos para que ellos comprendan la complejidad de la situación y funcionen como soporte. Esto, fundamentalmente, neutraliza el prejuicio habitual que reduce un problema de salud a una situación “mental”: es usual que los allegados manden a la pareja a “relajarse”, ignorando la verdadera dimensión del problema y cargando las “culpas” directamente sobre los implicados, lo que genera en ellos más angustia.
Es de vital importancia acudir a profesionales idóneos en el tema. Los psicólogos especialistas asumen la responsabilidad del trabajo preventivo; su función es contener, acompañar y facilitar la asimilación de la realidad que la pareja está viviendo. También colaboran para amortiguar el impacto de los tratamientos de alta complejidad que incluyen entradas en quirófano. Además, acompañan la toma de decisiones no siempre sencillas. En suma, la ayuda psicológica es de gran utilidad a fin de minimizar el sufrimiento, teniendo en cuenta que en los casos de infertilidad, el dolor preponderante no se siente en el cuerpo.
Lic. Pablo Barraza.
Psicólogo -  @Lic_barraza 

Infertilidad y ansiedad. Cuando la espera no es tan dulce

Infertilidad y ansiedad

Cuando la espera no es tan dulce

De acuerdo con la OMS, la infertilidad es “una enfermedad del sistema reproductivo, definida por la imposibilidad de lograr un embarazo clínico después de 12 meses o más de relaciones sexuales sin protección regular”. [i]
A nivel mundial, 48,5 millones de parejas no consiguen concretar su deseo de tener un hijo.[ii] La Sociedad Argentina de Esterilidad e Infertilidad estima que, en nuestro país, el 15% de la población en edad de concebir experimenta problemas con su fertilidad y la cifra va en ascenso.
Muchos de los avances más sorprendentes que la Ciencia ha desarrollado en los últimos años se han aplicado a la Medicina Reproductiva, y gracias a ello infinidad de parejas logran el anhelado embarazo. Sin embargo, se presta poca atención al importante impacto que tanto la búsqueda como los tratamientos tienen sobre la subjetividad de la pareja, en la que suelen aparecer síntomas de depresión, ansiedad y baja autoestima.
Hombre y mujer encuentran, en esas circunstancias, que fallan en los roles impuestos por la sociedad y la cultura. En general, sucede que la mujer, quien desde niña jugó a ser mamá con muñecas,  al no poder cumplir con el mandato social, siente afectada su autoestima y menoscabada su identidad como mujer. El hombre, por su parte, usualmente intenta mostrarse fuerte para amortiguar el impacto en su compañera, pero también se ve atravesado por cuestiones relacionadas con su condición de hombre e incluso considera que su virilidad está puesta en entredicho.
Esta situación amenaza, de manera inevitable, la dinámica de la pareja, que comienza a modificarse. En principio, se deteriora su vida social. Es común que quienes intentan concebir sin lograrlo se mantengan al margen, en una primera instancia, de eventos sociales en que haya niños pequeños; y que, con el correr del tiempo, se vayan aislando cada vez más para evitar exponerse a la angustia y al estrés que les ocasiona su problema.
Por otra parte, la vida laboral de ambos se ve asimismo perturbada. Las consultas médicas obligan a ausencias recurrentes; debido al tiempo que insumen los diferentes tratamientos.
El hecho de que no se preste la debida atención a estos problemas pone a los pacientes en una especie de círculo vicioso ya que, hoy en día, no puede pensarse la infertilidad como un problema meramente físico. En este sentido, estudios realizados por el Departamento de Obstetricia y Ginecología del Hospital Gasthisberg, de Bélgica, recogieron evidencia de la interrelación que hay entre variables psicológicas y la función neuroendocrina reproductiva. En ellos se concluyó que el estrés psicosocial y algunos trastornos de ansiedad tales como fobias, trastornos de ansiedad generalizada o depresión, impactan sobre la tasa de fertilidad. Es decir, prueban que diferentes mecanismos psicológicos intervienen en la regulación hormonal. Y que es impensable ya la dicotomía psiquis-cuerpo.

De qué manera se puede ayudar a estas parejas
El abordaje psicoterapéutico ofrece diversos modos de intervención en las diferentes instancias.
En primer lugar es fundamental reducir los niveles de ansiedad para que estos se mantengan dentro de parámetros operativos, de modo de favorecer las condiciones necesarias para enfrentar el problema de infertilidad. Es decir, se debe buscar un estado general propicio para comenzar tratamientos de mediana y alta complejidad o sobrellevar la situación de la manera más saludable posible.
Por otro lado, es imprescindible desarrollar estrategias para evitar el aislamiento de la pareja. Esto incluye la creación de redes de apoyo y contención entre amigos, familiares o parejas que estén atravesando por una situación similar.
Asimismo, es importante realizar tareas de psicoprofilaxis quirúrgica, ya que, cuando se atraviesa un tratamiento de alta complejidad, no sólo se pone el cuerpo en todo el proceso sino que el costo anímico es también alto.
Por último, cabe destacar que, si bien con las técnicas reproductivas actuales muchos casos de infertilidad pueden ser resueltos, los futuros padres que han atravesado tratamientos y sorteado dificultades viven el tiempo de embarazo con una carga emocional particular. Por eso, es preciso, en ciertas ocasiones, continuar trabajando con ellos y acompañarlos hasta el final del proceso.

Lic. Pablo Barraza
(Psicólogo)
@lic_barraza 


[i][Zegers-Hochschild F, Adamson GD, de Mouzon J, Ishihara O, Mansour R, et al.(2009), el Comité Internacional de Evaluación de Tecnología de Reproducción Asistida (ICMART) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) glosario revisado sobre terminología ART 2009 HumReprod 24:. 2683-2687 doi: 10.1093/humrep/dep343.
[ii]Mascarenhas MN, Flaxman SR, Boerma T, Vanderpoel S, Stevens GA (2012) National, Regional, and Global Trends in Infertility Prevalence Since 1990: A Systematic Analysis of 277 Health Surveys. PLoS Med 9(12): e1001356. doi:10.1371/journal.pmed.1001356

Llegaron las vacaciones QUE HACER CON LOS CHICOS!!


sábado, 11 de febrero de 2012

Cuando las preocupaciones toman el control de nuestra vida...


Trastorno de Ansiedad Generalizada - TAG
Cuando las preocupaciones toman el control de nuestra vida...

Trastorno de Ansiedad Generalizada - TAG
Las preocupaciones son una respuesta natural a muchas circunstancias de la vida. Si estás preocupado por la seguridad de tus seres queridos o por tu situación financiera, es compresible. Todos tenemos preocupaciones similares de vez en cuando. Sin embargo si tus preocupaciones están presentes constantemente y las mismas se vuelven catastróficas y las decisiones que tomás están más basadas en tus temores que en la lógica, tu preocupación puede ser patológica.



¿Qué es el Trastorno de Ansiedad Generalizada?
Es un trastorno que se caracteriza por un nivel de ansiedad y preocupaciones excesivas. Las personas se encuentran en un estado permanente de preocupación acerca de los más diversos temas. No  sólo referidos a la propia persona, sino también a otros como pueden ser hijos, pareja, amigos etc. Estas preocupaciones producen un deterioro significativo de la vida social y laboral de quienes lo padecen.

¿Qué síntomas aparecen en un TAG?
Las personas encuentran una gran dificultad por controlar dichas preocupaciones. Dichas preocupaciones vienen acompañadas de 3 o más de los siguientes síntomas:
  • Inquietud o sentirse activado
  • Fatigarse fácilmente
  • Dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco
  • Irritabilidad
  • Tensión muscular, temblores
  • Perturbaciones del sueño (dificultad para dormir o sueño poco reparador)
  • Náuseas o diarreas
  • Problemas para tragar, son frecuentes quejas de tener algo en la garganta.

Los individuos que lo padecen no siempre reconocen que sus preocupaciones son excesivas.

¿Cómo reconocer un TAG?
  • Si te pones ansioso todo el tiempo respecto de amenazas o peligros futuros.
  • Si siempre haces predicciones negativas sobre el futuro.
  • Si repetís todo el tiempo la misma preocupación.
  • Si sobreestimas todo el tiempo la posibilidad de que sucedan cosas malas.
  • Si no podés utilizar la preocupación constructivamente para hallar soluciones a los problemas.
  • Si escapas a la preocupación distrayéndote o evitando ciertas situaciones.
Probablemente estés padeciendo un Trastorno de Ansiedad generalizada.


Edad promedio: muchos individuos se consideran ansiosos o nerviosos de toda la vida aunque quienes acuden a consulta expresan que comenzó en la segunda infancia o la adolescencia. No es raro que el trastorno se inicie a partir de los 20 años.





¿Cómo se trata un ataque de pánico?
Las principales herramientas que utilizamos son:
  • Psicoeducación: de modo que el paciente conozca de qué se trata su padecer y conozca de qué modo funciona su cuerpo y su mente.Y de este modo pueda dar cuenta de lo excesivo de sus preocupaciones y poder así controlar ese estado de constante inquietud.
  • Técnicas de relajación: así tendrá un recurso más cuando sus síntomas parezcan.
  • Reestructuración cognitiva: poder captar pensamientos disfuncionales y ajustarlos.


Es importante que sepas que ésto que te sucede, también le pasa a muchas personas y qué es mucho más habitual de lo que suponés.


martes, 7 de febrero de 2012

Ataques de Pánico, una afección cada vez más actual.

Ataques de Pánico, una afección cada vez más actual.


¿Qué es un ataque de pánico?

Un ataque de pánico es un trastorno de ansiedad.
Según el  DSM IV: Se caracteriza por la aparición súbita de  síntomas de aprensión, miedo pavoroso o terror, acompañado de la sensación de miedo inminente.

¿Cómo reconocer un ataque de pánico?
Es posible identificarlo porque percibimos un alto nivel de angustia, acompañado de fuertes reacciones corporales como lo pueden ser:
-Palpitaciones,
-Sudoración.
-Temblores Musculares.
-Mareos, Náuseas, Etc.
Todo esto va acompañado de una pérdida temporaria de la capacidad de razonar, planear y pensar.


Mientras transcurre el ataque de pánico lo que 
se produce es una baja de dióxido de carbono producido por hiperventilación y esto produce las diferentes reacciones corporales que al ser interpretadas de modo catastrófico, contribuyen a mantener el elevado nivel de ansiedad.
Tener uno o algunos síntomas comunes de ataques de pánico no significa necesariamente que esté sufriéndolos, he ahí la importancia de la consulta a un profesional.




Edad promedio: 25/35 años. Es decir entre el final de la adolescencia y la mitad de la cuarta década de vida. Poco frecuente en personas mayores a 45 años.

Prevalencia: es más frecuente en mujeres que en hombres.
Las personas que sufren ataques de pánico representan aproximadamente 5,6 % en la población mundial y un porcentaje más alto en los pacientes cardiacos (14,3 % aproximadamente).

Síntomas de pánico pueden aparecer en ciertas enfermedades médicas, con lo cual antes de diagnosticar un Trastorno de Pánico deben ser descartadas. Algunas de dichas enfermedades son:
Cardiovasculares: arritmia, taquicardia, enfermedades en arterias etc.
Enfermedades del aparato respiratorio.
Enfermedades endócrinas: hipertiroidismo, hiperglucemia etc.
Enfermedades neurológicas; epilepsia etc.
Enfermedades del equilibrio: enfermedad de Meniere, laberintitos etc.
Enfermedades hemáticas.
Consumo o abstinencia de sustancias.

¿Cómo se trata un ataque de pánico?
Las principales herramientas que utilizamos son:
Psicoeducación: de modo que el paciente conozca de qué se trata su padecer y conozca de qué modo funciona su cuerpo y su mente.
Técnicas de relajación: así tendrá un recurso más cuando sus síntomas parezcan.
Reestructuración cognitiva: poder captar pensamientos disfuncionales y ajustarlos.